Si hay un sector de la población donde más han influido la llegada de Internet y las TIC, ése es el grupo de los niños y jóvenes adolescentes. Pero la Red y las nuevas tecnologías son una arma de doble filo, y si por un lado ofrecen enormes ventajas para cuestiones como mejorar su educación y desarrollo, potenciar el aprendizaje creativo, o aportar nuevas formas de entretenimiento; por otro lado conlleva riesgos importantes como consecuencia de un mal uso, como el acceso a contenidos no apropiados para menores (violentos, sexuales, ilegales, etc.); la pérdida de privacidad, o la facilitación de información o datos personales de toda la familia.

Consecuencias de la adicción tecnológica

La sintomatología que surge de una adicción a la tecnología acaba afectando a la vida diaria de quienes la padecen. Lo más habitual en esta situación es:

  • Ruptura y desaparición de las relaciones sociales directas y reales debido al aislamiento que la persona adicta desarrolla.
  • Destrucción del mundo real, siendo sustituido por el digital.
  • Desarrollo de la nomofobia: miedo irracional a estar sin teléfono móvil o que este no esté operativo (cobertura, batería).
  • Pérdida de la noción del tiempo.
  • Sentimientos de enfado o estrés.
  • Disminución de las horas de hábitos saludables diarios como dormir o comer, siendo ocupado ese tiempo por las tecnologías.
  • Falta de concentración.
  • La comunicación familiar y social se vuelve más complicada.

El uso de la tecnología, como el resto de las actividades, debe tener límites razonables. El juego no estructurado y fuera del mundo digital estimula la creatividad. Haga del tiempo libre de dispositivos digitales una prioridad diaria, especialmente para los niños muy jóvenes. Sea un buen ejemplo.

Recomendaciones indispensables:
1. Potenciar en nuestros hijos actividades de ocio saludable (deporte, lectura, manualidades, actividades al aire libre, etc.)
2. Establecer con ellos una relación de confianza que nos permita hablar y dialogar de forma sincera y abierta.
3. Controlar los tiempos de uso de las tecnologías.
4. Tener en cuenta la importancia de nuestro ejemplo. Nuestros hijos nos tienen como modelos y tienden a imitar nuestras propias conductas ¿cómo insistirles en no abusar del ordenador si nosotros pasamos demasiadas horas frente al mismo?
5. Ayudarles a desarrollar buenas habilidades sociales que les permitan el desarrollo de sanas relaciones interpersonales.

 El uso de la tecnología en niños y adolescentes no sólo es beneficioso, sino necesario. Debemos educar a los niños, desde edades tempranas, en el uso adecuado de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Aprender a usar un ordenador y las actividades de programación en la infancia y adolescencia, desarrollan habilidades cognitivas y competencias imprescindibles en la vida adulta

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